miércoles, 25 de agosto de 2010

BOROBIA NECESITA MÁS DEMOCRACIA

La anunciada apertura en Borobia (Soria) de la mina a cielo abierto en principio por la empresa Magna S.A. (Magnesitas de Navarra S.A.) decantó en su día de forma clara las opiniones de los vecinos del pueblo. Quienes están a favor de la mina piensan que el futuro del pueblo queda asegurado por unos años y quienes están en contra opinan que la vida del pueblo como comunidad de personas unidas por los lazos de la convivencia tradicional acabará en el momento en que se ponga en marcha dicha mina. Hasta ahí nada llamaría la atención. Lo que sí es sorprendente es la explosión de violencia e irracionalidad que están sufriendo los que legítimamente se oponen a la apertura de la mina de magnesita. Lo que sí es sorprendente es que hayan ardido de forma nada accidental vehículos de los miembros de una candidatura municipal con representación que se oponía a la mina. Lo que sí es sorprendente es que la representante municipal electa por un partido político reciba regularmente amenazas telefónicas y que el día 19 de agosto de 2010 una mano negra haya escrito en la puerta de su casa “MUERE” con grandes letras verdes. Si estuviéramos en el País Vasco se hablaría enseguida de “Kale Borroka”, o sea, de terrorismo callejero hablando en castellano, se hablaría de amenazas intolerables a la convivencia y a la democracia, de grupos sectarios que sólo quieren perturbar la convivencia pacífica de los ciudadanos para lograr sus propios intereses inconfesables: hablaríamos de Terrorismo, en una palabra. Pues bien todo esto que acabo de referir sucede en el corazón de la tranquila provincia de Soria, en plenos campos de Castilla, en la adormecida Comunidad Autónoma de Castilla y León.
La concejala castellanista electa en 2007 Anunciación Crespo Mondrego electa en 2007 por el Partido Tierra Comunera (actualmente Partido de Castilla y León (PCAL)) está siendo hostigada, acosada y perseguida por defender su compromiso con la integridad de Borobia, por preservar la forma de vida de su pueblo y por respetar al pie de la letra lo que prometió en su campaña electoral. A las amenazas antes referidas se añade que el gobierno local ha obstruido sistemáticamente su labor como concejala negándole papeles y documentos a los que legalmente tiene derecho e incluso ha sido denunciada por el actual alcalde de Borobia. El que suscribe asistió en Soria en abril de 2010 a un juicio en el que Anunciación Crespo salió absuelta con todos los pronunciamientos. Naturalmente.
Todas las persecuciones contra la libertad de opinión y de expresión son intolerables pero en este caso la gravedad del caso vienen agrandada porque hasta el momento ha sido menos que tibia la actitud de las autoridades provinciales. Uno piensa que el delegado provincial de la Junta de Castilla y León en Soria (miembro del PP) y el subdelegado del Gobierno Central en Soria (miembro del PSOE) están para algo más que para apuntalar cada estornudo de sus respectivos jefes de Valladolid o Madrid.
Lo cierto es que este acoso a la concejala Anunciación Crespo y a los candidatos de los castellanistas está haciendo que el problema de Borobia haya traspasado por la vía del escándalo los límites provinciales y autonómicos. Y es que los planteamientos de los que se oponen a la mina de Borobia son tan contundentes e irrebatibles como que la mina consistiría en explotar a cielo abierto una zona de alta montaña (a 1700 metros s.n.m.) protegida por Directiva Comunitaria, que es cabecera de cuenca hidrográfica donde se capta agua para el consumo humano. La mina bombearía agua del acuífero donde nacen los ríos Manubles, Isuela, Aranda y Ribota y afectaría a más de 30 municipios de Castilla y Aragón, la mayoría de los cuales como Borobia o Ateca (Zaragoza) toman del río Manubles el agua de boca. Y al lado de este primer problema están todos los demás relacionados con la contaminación del agua, del suelo y del aire, la alteración de uso de la tierra, etc. Frente a esto los prometidos beneficios en dinero y supuestos puestos de trabajo para el municipio son considerados meras limosnas, que no compensan las pérdidas que originaría por una buena parte de los habitantes de Borobia.
En realidad la Junta de Castilla y León y el Gobierno Central tienen un áspero problema con la mina de Borobia porque si alguien pensó que a la chita callando se podría dar permiso a la empresa minera sin que nadie se enterara de las condiciones de la explotación propuesta ni de lo que pasa en Borobia, municipio situado a un extremo del territorio se equivocaba: tanto el Gobierno de Aragón como la Diputación de Zaragoza han hecho alegaciones contra la autorización de la mina porque, cosas de la vida, Aragón resultaría más afectado por la apertura de la mina que la propia comunidad de Castilla y León.
Las preguntas surgen automáticamente: ¿Por qué a esta empresa radicada en Navarra, sólo se le ha permitido en la zona de Erro (Navarra) una explotación 5 veces menor que la que plantea para Borobia? ¿ No será que se traen a Castilla explotaciones que no se toleran en otros lugares de España? ¿Acaso nuestras normas son más laxas o nuestros políticos hacen más la vista gorda? Esas preguntas traen a la memoria las historias de los años 40 y 50 en que en nombre del progreso se arrasaron pueblos y comarcas enteras bajo pantanos o planes de reorganización rural que luego no resolvieron nada y sólo nos dejaron el desierto tras llenar los bolsillos de unos pocos. En el caso de Borobia es necesario responder cuando antes a la pregunta fundamental : ”QUI PRODEST?”, es decir, ¿A QUIÉN BENEFICIA? tanto, de verdad y a corto plazo, que se autorice la mina de magnesitas de Borobia como para llegar a las amenazas personales contra una representante electa por el pueblo? ¿No es acaso a todo el pueblo de Borobia al que se pretende amedrentar? ¿No es acaso a toda la comarca a la que se quiere atemorizar?
Anunciación Crespo se opuso a la mina desde 2005 en la PLATAFORMA EN DEFENSA DEL AGUA Y DEL SUELO y así lo llevó a su programa electoral con coherencia y decisión, sometiendo su propuesta al dictamen de los votos. Y salió elegida concejala por Borobia. Que nadie lo olvide. En una democracia todos los chantajes, amenazas, caciquismos, intentos de alterar la opinión y las decisiones de los ciudadanos, constituyen un cáncer que las autoridades pueden y tienen la obligación de erradicar de raíz.
En Segovia, Castilla, a 23 de Agosto de 2010

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